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Adaptación al Cambio Organizacional

 



La adaptación al Cambio Organizacional se refiere a los cambios que tienen o deben tener lugar en las entidades como consecuencia de las reformas organizacionales.

Las Áreas de Recursos Humanos, deben realizar las mediciones que se requieran para identificar aspectos neurálgicos de intervención de manera que dicho proceso se realice en las mejores condiciones de beneficio para los colaboradores y la entidad. Para eso, deben tener en cuenta tres aspectos:

      1. Es una obligación que los cambios cuenten con un sentido estratégico, es decir, realizarse con el objetivo de que las entidades estén en condiciones de cumplir mejor la misión a ellas encomendadas y hacer un manejo eficiente de sus recursos.

      2. Todos los colaboradores (funcionarios, contratistas y pasantes) deben concientizarse de que sus responsabilidades dentro de las entidades han de estar alineadas con este sentido estratégico y por tanto han de colaborar para facilitar su ubicación en las áreas que se necesiten.

      3. Con frecuencia el cambio (traslados, asignación nuevas funciones, reubicaciones) no es fácil de asimilar por lo que las áreas de talento humano deberán implementar las estrategias adecuadas para que dicho cambio se pueda realizar en forma efectiva y saludable.

 

La adaptabilidad es la capacidad que posee el ser humano para adaptarse o modificar el comportamiento para acoplarse, desarrollar de forma eficiente para así, realizar las funciones sin que se vean afectadas. Las entidades son entes que están sujetos a modificaciones constantes por su forma de operar a causa de ello surgen los procesos de cambio, por lo cual sus colaboradores llegan a crear un rol de pertenencia con la organización, trazándose metas, objetivos, contribuyendo más de lo esperado, aceptar todo tipo de cambio y la actitud hacia cualquier cambio será favorable porque será más sencilla la adaptación.

Todo cambio nos provoca un estado de incertidumbre difícil de describir. Podría decirse, que crea una mezcla de miedos e inseguridades que, de no ser capaces de gestionar eficazmente, acabarán por bloquearnos y sumergirnos en un auténtico caos emocional.

¿Estamos preparados para adaptarnos al nuevo escenario organizativo? ¿Es una oportunidad para mejorar aquello que no funciona? ¿Cambiar implica renunciar? O por el contrario, ¿mantenerse nos obliga a tener que reinventarse? ¿Estamos dispuestos a asumir distintas tareas? Son reflexiones que nos sirven de ejemplo para entender el cambio.

Podemos entender el cambio de tres maneras: problema, reto o aprendizaje. La primera implica una actitud negativa ya que no hay muchas posibilidades de avanzar. Mientras que con las otras dos opciones el hecho de estar predispuesto a aprender implica ya de por sí una actitud positiva.

 

Adaptación al cambio



En el entorno profesional se valora muy positivamente que los empleados tengan la capacidad de adaptarse al cambio en un momento determinado o a unas circunstancias concretas. Habrá situaciones en las que, a pesar de no estar de acuerdo, nos veamos obligados a adecuar habilidades y experiencias a los nuevos requerimientos.

Por ello, podemos afirmar que la adaptación al cambio es la capacidad de modificar nuestra actitud para alcanzar los objetivos establecidos en situaciones donde surjan dificultades o se sufran transformaciones por pequeñas que sean.

¡La esencia está en tener la voluntad de querer cambiar y disponer de autonomía personal suficiente para hacerlo!

Un elemento fundamental muy vinculado con la actitud es la versatilidad o la cualidad de hacer cosas diferentes. A modo de ejemplo, una persona versátil es aquella que habituada a tratar con personas tiene la capacidad de proponer soluciones para satisfacer las necesidades del cliente externo y aportar ideas cuando se dirige al cliente interno.

Con “Actitud Positiva” afrontaremos el cambio como una oportunidad de mejora o simplemente de hacer las cosas de otra forma. Además, seremos capaces de mostrar la mejor versión de cada uno de nosotros basándonos en las fortalezas, el potencial, el talento y la autoconfianza.

Spencer Johnson (1999) asegura en su libro ¿Quién se ha llevado Mi Queso? que quien no esté dispuesto a aceptar los continuos cambios se encuentra en peligro de extinción.




Departamento Administrativo de la Función Pública, Oficina de Control Interno del Ministerio de Transporte – Mensaje de Autocontrol